martes, 14 de diciembre de 2010

Peral

Los perales son de los árboles más fáciles de plantar en un jardín. Lo más importante es tener en cuenta el momento preciso para plantar el arbol frutal e ir preparando el hoyo de plantación, ya que el árbol en su posteridad, depende en gran parte de la preparación previa del hoyo que se haya hecho en ese lugar.
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Hay que cavar un agujero una vez y media más grande que el mismo contenedor del árbol de pera. Una vez que el agujero esté completo, es hora de agregar algo para enriquecer el suelo.
Si tienen acceso a un buen compost, entonces están por el camino perfecto, porque es importante añadir materia orgánica al suelo ya que ayuda al drenaje y a retener el agua cuando es necesario. Esto evita que las raíces se ahoguen o se sequen.
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Cuando comiencen a plantar el arbol en la tierra, asegúrense de contar con ayuda para sostener el tronco del árbol, mientras sostienen una pala en la tierra. Esto garantiza que la plantación del árbol quedará recto.
En cuando a los árboles de pera, hay varias variedades, y todas ellas pueden guiarse del mismo modo como se hace con los árboles de manzana. Se cree que estos árboles vienen de una época muy antigua, sin embargo, no son más antiguos que el manzano.
Según cuenta la historia, quienes cultivaban perales con bastante énfasis y esmero, eran los griegos, luego vinieron los romanos, y en la actualidad, es un árbol común de Europa. El árbol del peral brota satisfactoriamente cuando la temperatura media del ambiente es inferior a 10 grados celcius.
La polinización del árbol, normalmente es realizada por los insectos y aunque la floración puede ser muy abundante, lo cierto es que la fructificación puede ser muy inferior a la cantidad de flores que se ve normalmente.

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